Entrenar en el gimnasio durante el verano puede venir acompañado de ciertas limitaciones que pueden condicionar tu salud y que exigen un plan donde te puedas proteger de sus consecuencias.
Es esencial que protejas tu integridad física primero ante los riesgos que significa practicar ejercicios en el gimnasio durante el verano. No obstante, confía en que es posible realizarlos, si los acompañas de recomendaciones que equilibran tu fuerza muscular y protegen tu cuerpo de cualquier tipo de lesión. Acompáñanos a descubrir las sugerencias que te darán la seguridad necesaria que estás buscando.
A la hora de ir al gimnasio, deberías tomar en cuenta varios aspectos para proteger tu salud. Si bien durante el verano es común que la cantidad de personas disminuya porque coincide con la época de vacaciones, igualmente habrá personas con las que tengas que interactuar.
Escapa de las horas con altas temperaturas
Evita ejercitarte en los momentos donde se alcanzan picos máximos de calor. Tienes que ser flexible en tu planificación para que puedas modificar cualquier entrenamiento si es necesario y como consecuencia de algún pronóstico relacionado con olas de calor o alerta naranja que puedan perjudicarte.
La vestimenta es importante
El objetivo es que te sientas fresco y que la ropa no se convierta en un obstáculo que te pueda incomodar. Selecciona prendas que presenten propiedades adicionales para el ejercicio, tales como: resistencia al fuego, repelencia de bacterias y aislamiento térmico. Existen tiendas que venden este tipo de ropa, acude a ellas y pide el mejor asesoramiento. Así, mejoras tu funcionalidad corporal y dejas de preocuparte por factores externos.
La toalla es un gran aliado
Si comienzas a ejercitarte en verano, es muy probable que tiendas a sudar mucho y necesites una toalla para mantenerte seco y cómodo. También, puede pasar que quieras evitar tener contacto con las máquinas y muebles que otros usaron; entonces, la toalla te servirá para apoyarte con tranquilidad.
Hidratación controlada
Es tu misión beber agua e hidratarte con regularidad. Tu cuerpo está constituido por agua en un 70 %, de ahí la importancia de su consumo mientras realizas ejercicios. Además de agua, existen otras bebidas específicas que te ayudan según el tipo de rutina que desarrolles.
Si los ejercicios son extensos con bajas temperaturas y donde transpiras poco, lo más recomendable son las bebidas deportivas hipertónicas que tienen ingredientes como agua, electrolitos e hidratos de carbono simple o complejos.
En caso de practicar ejercicios en ambientes calurosos y con mucha intensidad donde los niveles de sudoración son altos, tienes que ingerir bebidas isotónicas que incorporan sales de rehidratación y azúcares. Esto te ayuda a reponer fluidos y energía, retardando la fatiga, evitando ataques cardiacos y calambres. Recuerda consultar la ingesta de estas bebidas con un especialista que lo apruebe.
Controla la magnitud
Tienes que contener el grado con el que progresas en la rutina, pues si elevas la intensidad de tus movimientos sin ningún límite, puedas comenzar a forzar a tu organismo. Recuerda que el verano te exige estar más tranquilo de lo habitual para que soportes el calor y las sensaciones térmicas. Si te cansas antes de tiempo y ocasionas que tu cuerpo no rinda en los demás ejercicios, estarías yendo en contra de tu plan de entrenamiento para beneficiar la salud.
Descansa suficiente
Ante la realidad del verano, es aconsejable que le des a tus músculos tiempo suficiente para recuperarse. Si realizas ejercicios con regularidad en cualquier época del año, trata de aumentar los minutos que dedicas, entre cada serie de ejercicios, a reposar. Si lo combinas con ejercicios de respiración, vas a potenciar tu capacidad de recargar energías en el menor tiempo posible.